Son un elemento de la unidad funcional músculo-tendón-hueso que une el músculo al hueso y permite la acción de este sobre la unidad articular.

Su forma y tamaño son muy variables. Son resistentes a la tensión pero a la vez flexibles, lo que permite cambiar la dirección de la tracción.

Los tendones son una estructura poco vascularizada, compuestos básicamente por colágeno, elastina y agua.

Algunas veces pueden ser intraarticulares  y otras  discurren por correderas fibrosas o túneles. Esta distribución anatómica, la morfología, la vascularización y el resto de características, justificará la diversidad de síntomas. 

Las lesiones tendinosas agudas se pueden producir por un mecanismo directo y afectan con más frecuencia los tendones de la mano. Por ejemplo son secundarias a heridas abiertas que interesan los tendones extensores o flexores de los dedos.

Las roturas tendinosas por traumatismo indirecto como consecuencia de una tracción excesiva, se localizan en la unión musculotendinosa, que es la región más débil del complejo músculo-tendón-hueso.

Cuando la rotura se localiza en la zona media del tendón, se debe sospechar la existencia de un proceso patológico previo. El origen del proceso degenerativo podría ser un fallo en el mecanismo normal de reparación del tendón, por un componente genético.

A menudo se utiliza el término tendinitis para referirse a cualquier cuadro clínico que curse con dolor focal sobre el trayecto de un tendón. Sin embargo en muchos casos diagnosticados de  tendinitis, los hallazgos son más compatibles con procesos isquémicos o degenerativos del tendón que no a proceso inflamatorios, por lo tanto es más correcto hablar de tendinosis.

La mayoría de lesiones por sobre uso de los tendones se asocia a:

-Factores intrínsecos:

-Edad: puede condicionar la localización. Ej. enfermedad de Osgood-Schlatter propia de adolescentes y niños deportistas:

-Sexo: mayor incidencia en hombres

-Insuficiencia o desequilibrio muscular

-Proceso degenerativo del tendón.

-Enfermedades sistémicas

-Factores extrínsecos:

-Errores de entrenamiento (volumen, intensidad, recuperación)

-Superficies de práctica deportiva

-Factores climáticos (frío)

-Equipamiento deportivo inadecuado

Se deben individualizar los tratamientos, pero inicialmente el tratamiento de las tendinopaties es incruento.

Los antiinflamatorios no esteroideos pueden utilizarse como analgésicos en la fase aguda, pero no está demostrado que cambien la historia natural del cuadro.

Las infiltraciones de corticoides dentro del propio tendón están contraindicadas porque podrían favorecer la rotura del tendón. No obstante, las infiltraciones en los tejidos blandos próximos al tendón (en el espacio subacromial, por ejemplo), son útiles como tratamiento sintomático.

Se han descrito buenos tratamientos con ondas de choque y con algunas técnicas de rehabilitación. 

Las infiltraciones de Plasma Ric en Plaquetas (PRP) intratendinoso se han demostrado útiles en la modulación de la inflamación.

El tratamiento quirúrgico de las retinopatías crónicas está indicado cuando fracasa el tratamiento incruento adecuado, mantenido al menos 3-6 meses y una vez se hayan corregido todos los posibles defectos posturales o los factores externos.