La artroscopia de rodilla es el procedimiento quirúrgico más frecuente en cirugía ortopédica.

Las indicaciones incluyen la artroscopia diagnóstica, la meniscectomía, la sutura meniscal, la retirada de cuerpos libres, la condroplastia, las microfracturas, la sinovectomía, las reconstrucciones ligamentosas, el lavado de infecciones, asistir en la reducción de fracturas intraarticulares y, se ha evaluado menos exhaustivamente, pero es un procedimiento aceptado como método de diagnóstico y/o tratamiento de complicaciones de las prótesis de rodilla (pinzamientos blandos, artrofibrosis, infección protésicas y extracción de cuerpos libres o retenidos)

Se definen lesiones osteocondrales de rodilla aquellas lesiones que afectan fundamentalmente al cartílago articular del fémur, rotula o tibia.

Las lesiones cartilaginosas pueden tener como mecanismo lesional un trauma agudo (lesiones deportivas), ser derivado de cargas/movimientos repetitivos o de causa desconocida (como la osteocondritis disecante o la artropatía primaria).

La clínica no siempre es continua, pudiendo presentar largos periodos asintomáticos. Muchas de las veces estas lesiones son hallazgos casuales encontrados en RM o durante la realización de una artroscopia. En otras ocasiones se presentan con dolor (generalizado o a la palpación directa sobre el área afectada), derrame articular persistente o de repetición. También pueden causar bloqueos o pseudobloqueos articulares cuando existe una lesión cartilaginosa importante.

Los fármacos antiinflamatorios, tanto vía oral como infiltraciones de corticoides articulares, son útiles en el control de los síntomas. La infiltración con derivados de ácido hialurónico, así como de plasma rico en plaquetas (PRP), también contribuyen al control de los síntomas.

Las principales técnicas quirúrgicas que ofrecemos en ITT® son el desbridamiento artroscópico (condroplastia), técnicas de estimulación de la médula ósea (microfractura y nanofractura) o injertos osteocondrales autólogos (mosaicoplastia)