Como traumatólogos en el día a día de nuestra consulta tratamos diferentes tipos de dolores, con armas terapéuticas como:

1. Fármacos (por ejemplo, analgésicos y antiinflamatorios).
2. Tratamientos no farmacológicos como educación al paciente acerca de ejercicios, medidas posturales, ortesis, fisioterapia.
3. Medidas invasivas como las infiltraciones: Ácido Hialurónico, corticoides, anestésicos locales y Factores de crecimiento Plaquetario (PRP).
4. Medidas quirúrgicas: las pertinentes al aparato osteomuscular.

Actualmente las preparaciones de concentrados de plaquetas que se denominan genéricamente Plasma Rico en Plaquetas (PRP), han ganado popularidad en campos como la curación de heridas, cirugía dental y maxilofacial, medicina deportiva y problemas degenerativos (artrosis).

Existen numerosos objetivos clínicos que motivan el uso de PRP, incluida la promoción de la regeneración de tejidos tanto óseos, como tejidos blandos y restauración de la función.

Los tejidos musculoesqueléticos como el tendón, el ligamento y el cartílago, sanan lentamente debido a un suministro sanguíneo limitado, un recambio celular lento y una restauración limitada de la matriz extracelular. El PRP proporciona factores de crecimiento que estimulan la neovascularización y aumentan el suministro de sangre y los nutrientes necesarios para que las células regeneren el tejido dañado.

En nuestra experiencia clínica consideramos este tratamiento un arma terapéutica más, que, si bien no es una terapia milagrosa, nos ha ayudado a mejorar la calidad de vida de los pacientes con dolor crónico, una más rápida y mejor reincorporación de la función de los pacientes tratados por daño agudo de los tejidos osteomusculares.